La inolvidable década del 50 será siempre recordaba por la increíble marca que establecieron los equipos de River Plate, que lograron cinco títulos en seis años. De no haber sido por 1954 -año en el cual se cortó la racha triunfadora- el récord se mantendría aún vigente.
En 1950 los dirigentes compraron al delantero uruguayo Walter Gómez, un goleador muy guapo y habilidoso, en 750 mil pesos. Nuevamente, venció a Boca en los dos partidos del año, con sendas actuaciones brillantes del arquero más grande de la historia del club, Amadeo Raúl Carrizo.
A partir de 1951 comenzó a gestarse el gran team que luego dominaría la década, con la compra del wing derecho Santiago Vernazza (goleador del año con 22 conquistas). Ese mismo año River desarrolló una gira ilustre por Europa que dejó seis victorias, siete empates y tan sólo una derrota. Además, uno de los triunfos fue ante el Manchester City por 4 a 3 y de esta manera, el conjunto dirigido por José María Minella se convirtió en el primer equipo argentino en ganar en Inglaterra.
Ahora sí, con Vernazza, Eliseo Prado -un volante del Semillero-, Walter Gómez, Labruna y Loustau en la delantera, River se encaminaría a un nuevo bicampeonato (1952-1953). Carrizo en el arco y delante de él, Alfredo Pérez, Lidoro Soria y Yácono. Y en el medio jugaban Julio Venini y Héctor Ferrari.
Pese a no haber salido campeón en 1954, derrotó en los dos cotejos a Boca Juniors: 1-0 en la Boca con gol de Prado y goleada 3-0 en Núñez. A su vez, River era el club que contaba con mayor cantidad de socios, 61.577.
Para 1955, repatrió a Néstor Rossi y contrató al zaguero Federico Vairo. Labruna era el conductor y goleador del equipo y estaba muy bien auxiliado por Enrique Omar Sívori. Ese año, se coronó campeón en La Bombonera tras vencer a Boca por 2-1 con goles de Labruna y Roberto Zárate.
Lanús fue, curiosamente, el rival a vencer en 1956. Faltando seis fechas para la conclusión del torneo, River lo derrotó 3-1 en el sur y se mantuvo arriba. En la primera rueda había ganado el superclásico por 2 a 1.
River Plate logró su primer tricampeonato de la historia en 1957, y con él, cerró un ciclo increíble. El último pergamino de la década del 50 consagró a Zárate como goleador absoluto con 22 tantos. Otro hecho importante fue la goleada por 5 a 3 sobre Boca en la vigésima quinta jornada en Núñez con gran labor de Labruna.
Durante esos tres años de reinado absoluto se mantuvo invicto en el Monumental, superando la marca de Banfield de 49 partidos y desplegando un poderío categórico dentro del fútbol criollo.
A partir de ahí, comenzó la historia negra de la institución que se prolongaría durante dieciocho largos años y muchos sinsabores. Nuevamente, el cierre de la década (como las dos anteriores) no fue el ideal para el club, que jamás pensó que la racha nefasta duraría tanto tiempo.
El 12 de octubre de 1959 Ángel Amadeo Labruna se retiró del fútbol profesional a los 41 años. Su trayectoria en River fue excepcional con 292 goles -primero en la historia del club- en 514 partidos. Regresaría como entrenador.
En 1950 los dirigentes compraron al delantero uruguayo Walter Gómez, un goleador muy guapo y habilidoso, en 750 mil pesos. Nuevamente, venció a Boca en los dos partidos del año, con sendas actuaciones brillantes del arquero más grande de la historia del club, Amadeo Raúl Carrizo.
A partir de 1951 comenzó a gestarse el gran team que luego dominaría la década, con la compra del wing derecho Santiago Vernazza (goleador del año con 22 conquistas). Ese mismo año River desarrolló una gira ilustre por Europa que dejó seis victorias, siete empates y tan sólo una derrota. Además, uno de los triunfos fue ante el Manchester City por 4 a 3 y de esta manera, el conjunto dirigido por José María Minella se convirtió en el primer equipo argentino en ganar en Inglaterra.
Ahora sí, con Vernazza, Eliseo Prado -un volante del Semillero-, Walter Gómez, Labruna y Loustau en la delantera, River se encaminaría a un nuevo bicampeonato (1952-1953). Carrizo en el arco y delante de él, Alfredo Pérez, Lidoro Soria y Yácono. Y en el medio jugaban Julio Venini y Héctor Ferrari.
Pese a no haber salido campeón en 1954, derrotó en los dos cotejos a Boca Juniors: 1-0 en la Boca con gol de Prado y goleada 3-0 en Núñez. A su vez, River era el club que contaba con mayor cantidad de socios, 61.577.
Para 1955, repatrió a Néstor Rossi y contrató al zaguero Federico Vairo. Labruna era el conductor y goleador del equipo y estaba muy bien auxiliado por Enrique Omar Sívori. Ese año, se coronó campeón en La Bombonera tras vencer a Boca por 2-1 con goles de Labruna y Roberto Zárate.
Lanús fue, curiosamente, el rival a vencer en 1956. Faltando seis fechas para la conclusión del torneo, River lo derrotó 3-1 en el sur y se mantuvo arriba. En la primera rueda había ganado el superclásico por 2 a 1.
River Plate logró su primer tricampeonato de la historia en 1957, y con él, cerró un ciclo increíble. El último pergamino de la década del 50 consagró a Zárate como goleador absoluto con 22 tantos. Otro hecho importante fue la goleada por 5 a 3 sobre Boca en la vigésima quinta jornada en Núñez con gran labor de Labruna.
Durante esos tres años de reinado absoluto se mantuvo invicto en el Monumental, superando la marca de Banfield de 49 partidos y desplegando un poderío categórico dentro del fútbol criollo.
A partir de ahí, comenzó la historia negra de la institución que se prolongaría durante dieciocho largos años y muchos sinsabores. Nuevamente, el cierre de la década (como las dos anteriores) no fue el ideal para el club, que jamás pensó que la racha nefasta duraría tanto tiempo.
El 12 de octubre de 1959 Ángel Amadeo Labruna se retiró del fútbol profesional a los 41 años. Su trayectoria en River fue excepcional con 292 goles -primero en la historia del club- en 514 partidos. Regresaría como entrenador.
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