Después del clásico

Luego de 45 minutos ante Independiente donde River siguió siendo el River crítico del 2009, Leonardo Astrada comenzó a darle forma a su River.

Antes del empate contra Huracán (segundo partido sin recibir goles en el Torneo) y Boca, manifestaba que se podían efectuar algunas modificaciones pensando en mejorar hoy y construir a futuro. Astrada se ha manejado magistralmente.

El partido contra Boca sirve de ejemplo. Leyendo al rival, River anuló a Riquelme y así logró un sistema defensivo sólido: Cabral y Sánchez anticipando a Palermo, Domingo y Almeyda interrumpiendo la creación focalizada sobre la izquierda del ataque rival, Gallardo y Ortega sumando su presencia en ese sector para molestar y obstruir. El circuito defensivo paralizó al rival y funcionó perfectamente.

En ataque fue claro: Ortega y Buonanotte libres, Gallardo de enganche y las proyecciones sorpresivas para quebrar el offside de Ferrari, Domingo y Abelairas. El primer tiempo resultó favorable a este planteo y además del gol las chances fueron millonarias: Domingo con un remate cruzado, penal atajado a Ortega, remate tapado a Abelairas cara a cara con el arquero.

La expulsión de Villagra fue clave al abrir espacios pero principalmente porque Gaitán jugó como puntero derecho. El cambio de Coronel por Gallardo es correcto para el planteo. River tuvo que correr más, lo que no impidió tener claras chances de victoria en el remate de Abelairas al palo.

Desde los fundamentos del juego, Astrada ha demostrado que su diagnóstico y principalmente sus acciones van en el sentido correcto. No se aferra a ningún jugador y prioriza la conformación del equipo por sobre supuestos erróneos (atacar todo el partido sin orden, sin equilibrio y sin solidez en el medio).

El Jefe está haciendo un muy buen trabajo. Ahora los jugadores tendrán que obtener la victoria, no hay excusas.
Comparte en Google Plus

About TecnoLógico

    Comenta en el Blog
    Comenta en Facebook

0 comentarios: